En la tranquila comunidad de Santa Ana, en Pantasma, Jinotega, reside un hombre cuya vida está entrelazada con los aromas y sabores del café: Simon Deonicio Ruiz. A sus 69 años, es un pequeño productor de café cuya dedicación y amor por la tierra son inquebrantables. Con cinco hijos, los más jóvenes aún van a la escuela, Simon encuentra su mayor alegría en las tierras que ha cultivado durante toda su vida.

En su modesta finca de 1 manzana, Simón ha visto crecer y prosperar sus cultivos de café. Con un rendimiento anual de 20 quintales por manzana, cada cosecha es un testimonio de su arduo trabajo y dedicación. Pero Simón no se conforma con lo que tiene; su mente siempre está llena de sueños y aspiraciones.
Gracias al trabajo en conjunto con PACSA, Simón ha recibido capacitación en una variedad de áreas clave para el éxito de su finca. Desde técnicas de poda de cafetales hasta el manejo de la cosecha y la postcosecha, ha absorbido cada conocimiento con entusiasmo y determinación. Pero lo que más le apasiona son las capacitaciones en conservación del medio ambiente, donde Simón hace hincapié en la importancia de proteger las fuentes de agua que nutren sus preciados cultivos.

Bajo su administración, su finca ha obtenido la certificación de Rainforest Alliance, un logro del que se enorgullece profundamente. Pero para Simón, esto es solo el comienzo. Su sueño como productor es elevar los niveles de producción a mediano plazo, aspirando a alcanzar una meta de 100 quintales por año. Para él, esto no es solo un objetivo económico, sino un legado que desea dejar a sus hijos y a su comunidad.

Cada día, Simón se levanta con renovada determinación, listo para enfrentar los desafíos que trae consigo la vida en el campo. Con su pasión por el café como guía y el apoyo de su familia, está decidido a convertir sus sueños en realidad, cultivando un futuro próspero.