En las montañas de Jinotega, donde el aire fresco de la mañana se mezcla con el aroma embriagador del café, se encuentra la finca de Kevin Kenex Alanís Zelaya. Un joven de 25 años con una pasión por la caficultura, ha dedicado su vida a cultivar y perfeccionar el arte de producir café de alta calidad.

Padre de un niño de 5 años, Kevin ve en su pequeño retoño la inspiración para trabajar aún más duro cada día. Sueña con un futuro próspero, donde pueda proporcionarle a su hijo todas las oportunidades que él nunca tuvo. Para lograrlo, se ha asociado con PACSA, una empresa comprometida con el desarrollo sostenible de la caficultura en la región.

Gracias a las capacitaciones proporcionadas por PACSA, Kevin ha aprendido nuevas técnicas y métodos para mejorar la calidad de su café. Cada mañana, antes de que el sol asome sobre las montañas, lo encuentras en sus plantaciones, cuidando con esmero cada planta de café que tiene en su parcela.

Con el paso del tiempo, Kevin sueña con expandir su finca. Quiere comprar más tierras y tecnificar su producción para aumentar su rendimiento y calidad. Sueña con convertirse en uno de los principales productores de café de la región, llevando el nombre de su comunidad, Santa Ana en Pantasma, a lo más alto.

Para Kevin, la vida en el campo no es solo un trabajo, es una forma de vida. Ama la tranquilidad que le brinda el entorno natural, el canto de los pájaros al amanecer y la sensación de estar en armonía con la tierra. Cada día, al respirar el aire puro de la montaña, renueva su compromiso con su familia, su comunidad y su pasión por el café.

A medida que el sol se eleva en el horizonte y los rayos dorados iluminan su finca, Kevin sabe que cada esfuerzo vale la pena. Con determinación y dedicación, está construyendo un futuro brillante no solo para él y su familia, sino también para la comunidad que lo ha visto crecer. Y mientras el aroma del café recién tostado impregna el aire, Kevin sabe que está en el camino correcto hacia el éxito.